Estos días pasados de nieve y frío nos hemos visto sorprendidos todos por la inutilidad que han exhibido muchos medios de comunicación al situar a nuestra querida Molina en el mapa. Hemos visto de todo, programas que supuestamente acreditan cierta credibilidad y solvencia nos han ubicado en Teruel, otros en Zaragoza, alguno incluso en Murcia, porque que nos describan Molina como ciudad manchega viene de muy atrás y, aunque lamentable, ya hasta nos resulta divertido.
Pero que medios de comunicación como Antena 3, Telecinco o La Sexta nos digan que Molina de Aragón está en Teruel -aunque nosotros estamos encantados de ser vecinos de esta maravillosa provincia aragonesa- o que digan que Molina de Aragón tiene una alcaldesa que se ha vacunado contra el COVID 19 confundiéndola con la de Molina de Segura (Murcia), donde realmente está esa edil que se ha querido inmunizar antes de tiempo, es muy triste no porque ello nos vaya a cambiar a peor ni nos cree un problema especial ni complejo alguno, sino porque demuestra el nivel de incultura y de insolvencia profesional de quienes comenten estos errores .
Y nos obliga a pensar en algo mucho más profundo, lamentable y peligroso para nuestro futuro, porque estos errores nos hacen sospechar de un sistema educativo absolutamente calamitoso, que imposibilita que unos profesionales de la información no sean capaces de ubicar una provincia española en su correspondiente comunicad autónoma; pero además también nos habla de un sistema universitario que genera graduados que no saben hacer un trabajo tan sencillo como averiguar a qué provincia pertenece un pueblo -ni siquiera tienen la picardía o recurso de acudir a Wikipedia- y de unos medios de comunicación que no actúan con el más mínimo rigor, ellos sabrán los motivos (contratos precarios, becarios en formación sin adecuado apoyo, jornadas laborales interminables, falta de referencias profesionales….).
Y si esto ocurre en algo en algo intranscendente como situar correctamente a Molina en el mapa, aunque a los afectados nos pueda molestar más o menos, ¿qué podemos esperar de otros asuntos vitales y determinantes para nuestra sociedad?