Para fijar población es necesario que existan oportunidades de trabajo y desarrollo en las zonas rurales, especialmente aquellas afectadas por la despoblación. Ese es el objetivo con el que la Asociación Tras las Huellas ha presentado el proyecto La Recocina. Se trata de un obrador compartido donde emprendedores podrán comenzar un negocio de fabricación de productos de alimentación tales como mermeladas, quesos, salsas para sacarlos al mercado con su registro sanitario y homologaciones necesarias.
“La idea surge de una socia que tiene idea de una empresa social para dar trabajo a mujeres de la zona y decide crear una empresa en la que se transforma un producto alimentario de la tierra para poder comercializarlo”, explica Andrea Hernández, presidenta de la Asociación Tras las Huellas. Fue entonces cuando esta asociación se propuso abanderar un proyecto que hiciera posible este espacio compartido para el que ya tienen un local cedido por el Ayuntamiento de Cobeta, pero ahora tienen que adecuar.
Para ello necesitan cerca de 30.000 euros para lo que han presentado este proyecto a diversas convocatorias nacionales y esperan poder recaudar este importe para hacerla realidad.
Por el momento son varios los interesados en hacer uso de este espacio compartido. “Nos lo han solicitado una empresa dedicada a la trufa y también otra persona de un pueblo de la zona que hace mermeladas y tenemos pendiente otra que hace quesos que también querría poder usar este lugar”, señala.
“Queremos que nuestra comarca aproveche las posibilidades económicas que ofrece el ser una de las zonas productoras principales de la provincia. Además del cereal y el ganado, creemos que se pueden aprovechar otros muchos productos del monte como setas, trufas, endrinas o la carne de caza” explica la presidenta.
Según señala Andrea, en Castilla-La Mancha “no conocemos espacios similares, pero sí en la Comunidad Valenciana que es lo que nos ha servido de referente y que en el fondo es un poco volver a lo que había antes, cuando se compartían espacios como el horno”.
“A priori parece complejo, pero al no existir digamos que partimos de cero y es más viable”, añade esta joven que afirma que al ser una baja producción “conlleva unos requisitos, pero no tan exigentes como en una industria de elevadas producciones ya que esto sería algo artesanal”.
Este es solo uno de los proyectos que tiene la Asociación Tras las Huellas, fundada en 2018 y que hoy cuenta con una veintena de socios. “Surgió con una idea muy concreta que era un proyecto medioambiental de Félix Rodríguez de la Fuente en Pelegrina y debido a cambios vitales de los integrantes decidimos venirnos a Cobeta y continuar con el tema medio ambiental, pero introducir el desarrollo rural, la educación y cultura entre nuestros objetivos. El objetivo último es dar vida a los pueblos”, concluye la presidenta de esta Asociación.
Imágenes: cedidas por la Asociación Tras las Huellas.