A sus ochenta y cinco años de edad, Bienvenido Fuertes Malo nos hace un hermoso regalo con un libro de recuerdos íntimo y personal, y lejos de cualquier academicismo innecesario. Con grandes dosis de realismo nos describe las andaduras de su vida en una trayectoria que data desde el tres de septiembre de mil novecientos treinta y seis en El Pobo de Dueñas, fecha de su nacimiento, hasta el día de hoy. El libro es un lugar auténtico de encuentro entre el pasado y el presente, y muestra la única forma que la existencia tiene de perpetuarse: intentando que la memoria derrote al olvido, no tanto por propósito explícito de hacerlo, sino como consecuencia deducible de lo que va narrando. Es una crónica de los hechos que marcaron y significaron la vida del autor. Es una narración claramente autobiográfica.
De sus recuerdos de niñez se infiere el atávico retraso español de posguerra, que fue social, económico y educativo, y que traza un mapa de las penurias y el destino de las gentes humildes de aquellos tiempos, ciertamente desgraciados. Huye de la nostalgia de un pasado idealizado, sin considerar éste como una fotografía fija y homogénea, lo que le otorga un ilimitado poder de seducción. Recuerda esos días del ayer con ternura, admiración y agradecimiento, pero también con precisión y autenticidad. La infancia es una época memorable en la que suceden episodios y conmovedoras historias difícilmente olvidables.
Nos cuenta las carencias económicas en el domicilio familiar. Su padre, Eusebio, era un gran cazador, condición que heredaron sus hijos. Su madre, Martina, se dedicaba con gran profesionalidad al estraperlo, y así entre uno y otro conseguían lo imprescindible para mantener a la numerosa prole en aquellos tiempos de escasez. Valoramos a nuestros padres mientras los tenemos a nuestro lado, y si ya no están en este mundo, hay que procurar que la calidez de su amor viva siempre en nuestro corazón, consideración que como moraleja se desprende de las opiniones de Bienvenido. El texto rezuma un gran amor hacia sus padres y hermanos y no contiene una sola palabra de reproche.
De la época adolescente evoca su etapa en los seminarios de Sigüenza, Alagón, Basbastro y Vic. En aquellos años, los centros religiosos acogían a los niños del mundo rural y les facilitaban estudios gratuitos. La formación adquirida fue luego determinante para sus logros personales en el mundo laboral. Los seminarios, a principios de la segunda mitad del siglo pasado tenían gran importancia pedagógica, y eran los principales centros educativos del país, y aunque sus enseñanzas se orientaban hacia el camino vocacional ministerial, a todos los efectos oficiales eran centros de educación secundaria. En varias partes del mundo, estos centros continúan desarrollando una preciosa labor educativa. En España, han cerrado muchos de ellos, al caer en picado la vocación sacerdotal, como fue el caso de Bienvenido.
Ante la falta de perspectivas de todo tipo, su familia emigró en busca del pedazo de pan a tierras valencianas y posteriormente a Barcelona. Con gran fuerza de voluntad y armados de valentía, sus padres decidieron cambiar el destino porque vieron claramente que en su tierra natal las cosas no iban a cambiar. El paso de la sociedad rural, agrícola y tradicional a la sociedad urbana, apoyada en formas de producción industriales y de servicios supuso un gran cambio para Bienvenido. Seguir pautas de vida urbanas es adentrarse en situaciones de cambio permanente, a través de las cuales Bienvenido, con los años, va urdiendo con prisa galopante el desarrollo de su vida. El suyo es un caso más en el contexto del éxodo rural a la ciudad que se produjo en España en las décadas de los años cincuenta y sesenta del siglo pasado, situación que inicia el proceso de despoblación en la España interior que desembocará lenta y despiadadamente en lo que hoy se denomina la España vacía.
La España vacía, vaciada, despoblada o abandonada era y es una realidad que se fue configurando desde muy atrás que, salvo a sus propios moradores, a nadie interesa. No había y sigue sin haber facilidades para vivir todo el año en esa España. De lo contrario, no hubieran emigrado sus gentes. Ahora es un tema que está en el candelero político, pero todo son palabras y más palabras; no hay ninguna actuación concreta que evidencie claramente alguna alternativa para la solución del problema. En demasiados lugares se ha llegado a un nivel de depauperación de carácter irreversible.
La canción El Emigrante, de Juanito Valderrama, refleja ese sentimiento que seguramente tendría Bienvenido cuando se alejó de su tierra natal. ¿Resonaría en su mente el triste estribillo? Tal vez hiciera suya la copla a su manera…
“Adiós mi Pobo querido,
Dentro de mi alma
Te llevo metido,
Aunque soy un emigrante
Jamás en la vida,
Yo podré olvidarte.
Cuando salí de mi tierra,
Volví la cara llorando,
Llevaba por compañera,
A mi Virgen del Campo,
Un recuerdo y una pena”
En tierras catalanas va consiguiendo poco a poco mejores trabajos, hasta lograr cierta estabilidad económica al establecerse como agente de seguros por cuenta propia. Comenzaba a forjarse su futuro. Era la historia del emigrante que, con esfuerzo y tesón, va subiendo peldaños en la escala social hasta conseguir un estatus de bienestar y confort considerable a través de una vida sencilla con su familia y amigos. Bienvenido termina triunfando en sus posibilidades, logrando éxito, dinero y propiedades. La emigración, tanto interior como exterior ha sido un factor importante para el desarrollo económico de los lugares de destino. Cataluña, sin la mano de obra procedente de Castilla, de Andalucía y de las diversas partes del país en la segunda mitad del siglo pasado, no hubiera alcanzado el nivel de desarrollo que actualmente disfruta. Los emigrantes que acudieron a Cataluña fueron la piedra angular de su prosperidad. Lo mismo podríamos decir del País Vasco o Madrid. La emigración contribuyó de forma decisiva a la consolidación industrial de estas regiones, dejando al mundo rural en condiciones pésimas para poder seguir desarrollándose y creciendo.
Rememora Bienvenido en su ameno relato su servicio militar en Barcelona. En aquella época, éste era obligatorio y de larga duración (se aboliría en 2001 por mandato de José María Aznar). En la mili se sufría pero, como todo, tenía su principio y su final, y servía para después plagar de anécdotas las conversaciones con amigos y paisanos.
El relato revive la magia del amor por su primera esposa, Emilia, y por su hija Lidia, y también cómo al morir Emilia todo un mundo se le vino encima. De soslayo habla del miedo a la soledad. Con el paso del tiempo, encontrará su segundo amor, Celia, y así una vez más cumple su sueño: compartir los más íntimos rincones de su corazón, lo que le ayudará a sobreponerse y a encontrar de nuevo la felicidad. Dibuja la belleza del enamoramiento con pasión. Enamorarse y conocer a una persona con la que estar cada día es una sensación preciosa, que casi siempre buscamos, independientemente de la edad, y por ello nunca es tarde para encontrar el amor. Buscar a alguien que nos siga acompañando es una buena manera de aprovechar el tiempo que nos queda por vivir y más cuando ya se ha pasado el ecuador de la vida; es una razón para seguir adelante un día más, y es una forma de tener ilusión por la vida, de vivir con más intensidad.
A través de los recuerdos de su vida actual y de su vida pasada, el autor describe a lo largo del texto vivencias y anécdotas, que resultan graciosas y entretenidas, y que han conformado su modus vivendi y operandi. Cuenta muchos detalles de sus actuaciones personales, vuelve una y otra vez al lugar donde transcurrió su infancia y los recuerdos fluyen como un océano.
Hace una formidable exposición de lo que significan las relaciones humanas y el valor de los lazos afectivos, descritos con estilo propio y gran maestría. El autor reflexiona sobre las relaciones familiares en un sentido amplio, las relaciones con los amigos, su hija, la muerte de su primera mujer, la pasión y el amor, la felicidad, el recuerdo y el olvido, en un diálogo íntimo consigo mismo, exhibido con talento.
La realización personal es un camino difícil, duro y continuo, un camino que Bienvenido ya ha recorrido con éxito, siendo la autodependencia, el amor, el dolor y la felicidad los cuatro pilares que conducen a la plenitud del ser humano, y todo ello es lo que le da sentido a toda una vida, que lamentablemente tiene fecha de caducidad, y hace que el testigo de la vida pase de generación en generación, marcando una huella todas las personas que han intervenido en el proceso y lo han sostenido antes que nosotros. Las generaciones anteriores vivieron sus propios problemas, les hicieron frente y, gracias a la obra que realizaron, el mundo de hoy es mejor que los anteriores. Sus disquisiciones implican una filosofía de vida que nos dan las claves interpretativas de su mundo y sus circunstancias personales, y son enseñanzas que se hacen muy visibles en la textura de la narración, que invitan a la reflexión y ofrecen un aprendizaje de vida. Sobre todo esto ha escrito Bienvenido Fuertes con gran brillantez.
JOSÉ RAMIRO GARCÍA.
Perla Díez Arcos
7 Nov 2021Muy interesante.
José Ramiro García
9 Nov 2021Gracias Perla por tu apreciación.