La lavanda no es un cultivo nuevo en la provincia, pero desde hace unos años ha repuntado, en parte, porque es más rentable que otros y nuestra tierra tiene las condiciones idóneas para su cultivo. Este motivo animó a nueve agricultores de la comarca de Molina a apostar por ello y no solo eso, a impulsar una iniciativa industrial y sostenible que pudiera dinamizar la zona: una destilería. Dos proyectos distintos pero complementarios.
“El proyecto comienza a gestarse hace varios años ya que llevamos bastantes con crisis en el sector agrícola y las cabezas empiezan a pensar. Tuvimos una jornada en Molina de información y después varios agricultores nos animamos a plantar”, explica Javier Diez, quien al igual que el resto de socios, se dedicaba a la agricultura, pero cultivando otras variedades, y vieron en este cultivo de lavanda, más rentable, un nicho de mercado.
Fue entonces cuando valoraron no sólo dedicarse al cultivo de lavanda sino poner en marcha una destilería para no depender de otras, lejanas, que harían complicada la gestión posterior de la cosecha ya que la lavanda es algo muy efímero. “Lo ideal es llevarlo nada más cortarse para que mantenga más esencia porque se pierde mucho si no lo haces así”, añade este agricultor, que señala que “lo idóneo es que las destilerías estén cerca de las plantaciones”
De ahí que además de agricultores se animaron a emprender con esta industria que también pretende dar servicio a otros productores que cultiven lavanda en otros puntos de la provincia.
Tras más de tres años de trabajo, la destilería es hoy una realidad bajo el nombre ‘Aromáticas del Piedra’ y esperan que pueda estar a pleno rendimiento en la próxima cosecha de 2022. “Estamos al 95% del proyecto y hemos destilado algo en precario este año porque teníamos la producción y esperamos que el próximo año ya podamos hacerlo al 100%”, añade.
La destilería cuenta con una instalación de 300 metros cuadrados ubicada en Tortuera, un punto equidistante de las diversas plantaciones de todos los socios. “Somos gente de Fuentelsaz, La Yunta, Cubillejo, Cillas, Prados Redondos y Tortuera y geográficamente es el centro”, comenta Diez.
“Dispone de una nave, con un porche, donde se acumulan los contenedores que hacen a su vez de caldera y tenemos capacidad de producir 2500 kilos hora de vapor”, explica Javier, quien señala que en ella se han invertido cerca de 600.000 euros y han recibido el apoyo de fondos Leader del Grupo de Acción Local de Molina de Aragón- Alto Tajo.
Además, la puesta en marcha de esta instalación supondrá, previsiblemente, la contratación de al menos un trabajador para gestionarla y puede que más empleados según evolucione el negocio.
Abierta a otros agricultores
Más allá de permitirles dar salida a su cosecha de lavanda, estos emprendedores quieren rentabilizar la destilería dando servicio a otros agricultores que bien ya cultiven lavanda o animar a hacerlo y poder destilar aquí su cosecha, siendo otra línea de negocio que además puede dinamizar la zona con nuevos agricultores. “Nosotros le vamos a dar la facilidad desde hacer la plantación, hasta cosechársela y hacer la destilación, todo el proceso”, comenta Javier Díez
Imágenes cedidas por ‘Aromáticas del Piedra’.