Chantaje y política en la España rural marginada

Las plataformas reivindicativas de la España menos poblada o en proceso de desertización total parecen decididas a plantar batalla en el Congreso de los Diputados, de lo que, personalmente y contrariamente a algunas opiniones que me llegan, me alegro y mucho. Por fin, somos todos consciente de que el único lenguaje que entienden los grandes partidos naciones es el del chantaje, sí, así de simple y de lamentable, el chantaje puro y duro.

Pero que no se escandalice nadie porque es, sencillamente, lo que en los últimos treinta años nos han enseñado, por un lado, vascos y catalanes, además de otros como los cántabros del PRC, los canarios de Coalición Canaria, o más recientemente otros de distinta calaña política. Pero, quienes mejor nos han mostrado el camino son, precisamente, el  PSOE y el PP gracias a su extraordinaria capacidad para gobernar a costa de lo que sea y de quien sea, pactando hoy con unos y mañana con otros, según convenga, para cerrar gobiernos o presupuestos, importándoles un bledo que sean nacionalistas de derechas o de izquierdas, que sean radicales o no, independentistas o pro etarras. Aquí lo único que interesa es conseguir el sillón, sin más miramientos ideológicos, éticos, morales o de cualquier otro tipo de los que valoran las personas decentes.

Por eso, el cántabro Revilla, que es algo así como un bufón divertido del presidente de turno en Madrid, y ahora el turolense Guitarte y su Teruel Existe se han aprendido la lección tantos años explicada por socialistas, populares y nacionalistas e independentistas vascos y catalanes, expertos todos ellos en repartirse la tarta de los millones del resto de españoles sin contar con nosotros,  y por eso tienen todo el derecho del mundo a hacerlo ahora, en las próximas elecciones generales, los de Zamora, los de León, los de Segovia, los de Soria y todas las plataformas que han surgido en los últimos años en nuestro abandonado medio rural, recogiendo el enorme malestar que existe ante todas las promesas incumplidas desde los gobiernos centrales y autonómicos cuando se refieren a la despoblación.

Es divertido ver cómo se ponen un poquito nerviosos los partidos mayoritarios ante el riesgo de que estos colectivos acaban uniéndose, formando una plataforma electoral, y teniendo algo que decir en el Congreso de los Diputados. Sería una lección soberana frente a la arrogancia, la soberbia y el desprecio con que siempre han actuado cuando se trata de aportar soluciones a la España menos poblada. Su temerosa apelación a los problemas de ingobernabilidad que un cierto éxito electoral de estas candidaturas, como el de Teruel Existe, acarrearían para España solo me recuerda las muchas oportunidades perdidas que han tenido socialistas y populares para hacer una reforma de la Ley Electoral que impida que un grupo como Esquerra Republicana de Cataluña (3,64% del voto), pueda chantajear a su antojo a todo un Gobierno, como también le ocurrió a Aznar con la corrupta Convergencia y Unión, o a los mismos dos partidos con el PNV (1,58%), que vota a su libre criterio según dónde le sacudan más manteca de la buena.

Por eso es una muy  positivo para la España rural, abandonada desde hace décadas, marginada, que se den cuenta de cómo se las gastan los partidos en Madrid y que, hartos de humillaciones y desengaños, decidan apostar por el mismo juego de mis votos a cambio del dinero de todos y con las leyes que me convengan.  Y es que, créanme a pesar de lo que la propaganda del “status quo” diga, no hay otra fórmula. En este país sólo funciona esa, la del cambio de votos por dinero de los presupuestos de todos.

Lo de Molina y Guadalajara, y su posible participación en este nuevo proyecto que se está gestando ya es otra cuestión, bastante más complicada, de la que hablaremos en otro momento.

Carlos Sanz

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