Judith Iturbe: emprendimientos rural en Milmarcos con cerveza artesana

Reinventarse y apostar por emprender definen a Judith Iturbe, quien hace veinte años dejaba la ciudad para asentarse en Milmarcos, el pueblo de su padre junto a su pareja, también con raíces en el municipio.

Esta emprendedora, que en 2019 ponía a en marcha la cervecera artesanal La Balluca, acaba de ser galardonada con el premio del Programa TalentA 2022, al que se han presentado 90 proyectos innovadores de mujeres rurales, convocado por la federación de mujeres rurales Fademur y Corteva Agriscience.

“Ha sido una cosa totalmente inesperada porque yo, a través de Fademur, seguía estos premios, pero como son a nivel nacional con mujeres con unos proyectos increíbles nunca imaginé que podría ser yo una de las ganadoras y menos el lunes cuando vi las finalistas. Lo veía dificilísimo. Y cuando dijeron mi nombre casi me da un patatús”, afirma esta emprendedora quien afirma sentirse a gusto viviendo en este pequeño municipio de la comarca de Molina.

“Lo de la cerveza es una cosa de los últimos años porque nosotros nos vinimos a vivir en el 2000, cambiando el mundo urbano por el rural porque queríamos montar una familia y llevar una vida más tranquila. Fue entonces cuando decidimos venir al pueblo y los primeros años estuvimos construyendo nosotros la casa, tardamos casi 5 años y reinventándonos”, explica esta emprendedora que antes de montar La Balluca tan sólo le unía a la cerveza su afición por esta bebida.

En 2014, a través de un curso del Grupo de Acción Local de Molina de Aragón organizado por la Escuela de Organización Industrial, y en el cual tenían que desarrollar un proyecto, “se nos ocurrió hacer un proyecto de cervecera artesana. Nos gustaba mucho la cerveza, pero no teníamos ni idea de lo que era el mundo de la cerveza, pero ahí empezamos, aunque el curso lo iniciamos sin ninguna expectativa”, afirma. Sin embargo, su trabajo de fin de curso, la elaboración de unas cervezas artesanas fue todo un éxito. “Cual fue nuestra sorpresa que les encantaron a la gente. Y nos picó el gusanillo para probar y elaborar cerveza artesana”.

En 2019 arrancaba finalmente con su empresa, La Balluca Cerveza Artesana, tras varios años de “autoformación, ensayo y error, pruebas, etcétera.”

La cerveza artesanal más pequeña de España

No obstante, actualmente son la cervecera artesana más pequeña de España, con la elaboración tan sólo de 3.000 litros al año. “Elaboramos tres tipos de cervezas: cerveza de trigo, cerveza rubia y cerveza cinco maltas. Aunque tenemos en mente un par de estilos más que estamos desarrollando para ver la luz próximamente, pero va lento”, explica Judith.

Su estilo de cervezas es de doble fermentación. La primera tiene lugar en los fermentadores y la segunda en la botella, una vez están embotelladas.

“Nuestra filosofía ha sido siempre arrancar con una inversión pequeña y según vayamos viendo ir ampliando. Ahora mismo tenemos lo mismo que cuando empezamos, aunque ahora con el importe del premio, 8.000 euros, vamos a comprar más equipos, fermentadores, sobre todo, para poder hacer más litros anuales”, afirma.

Su venta es a nivel comarcal. “Queríamos dejarlo en la comarca porque tenemos idea de un producto local, kilómetro cero, de calidad y de economía circular, con todos los ingredientes de la zona, algo que no hemos conseguido 100% pero estamos trabajando en ello”, asegura esta emprendedora que reconoce que el problema es que la zona es muy estacional, con poca gente en invierno para venderla, si bien ahora con el premio son muchas las personas que le han contactado para hacer pedidos que “cogemos por teléfono o wasap”, ya que todavía no cuentan con página web.

El nombre de La Balluca no es inventado ni casual. Se trata de una palabra de una jerga inventada en Milmarcos, FuentelSaz y Maranchón llamada migaña y “que la utilizaban los músicos y esquiladores para cuando se iban a las zonas del centro de España a trabajar que no les entendiesen de lo que estaban hablando. Son palabras catalanas, vascas, etc.… utilizadas con otro significado”, explica Judith. “La Balluca es como el café o el local”, señala Judith, quien apunta a que cuando llegaron a Milmarcos llevaron un bar con este nombre que les hizo ser conocidos por el mismo y decidió mantener cuando abrió la cervecera.

Aunque es una pasión, Judith no vive de esto. Lo combina con otros trabajos puntuales, aunque no descarta crecer en el futuro. “Ahora es parte de nuestra casa. Luego tenemos un corral donde hacemos todo tipo de actividades culturales, conferencias, presentación de libros, etc.… porque entendemos que es muy importante el ocio y la cultura en las zonas rurales y como aquí no tenemos pues somos nosotros los que las creamos”, explica.

Instalaciones

“Tenemos un equipo similar a lo que tienen australianos y alemanes para hacer cerveza de consumo doméstico. Y contamos con tres fermentadores y ahora queremos duplicarlos y aun así seguirá siendo muy pequeña la producción”, asegura esta emprendedora.

El pasado año construyeron una cámara frigorífica para almacenar la cerveza “ya que la artesana es un poco más delicada que la industrial” y tienen previsión de comprar una chapadora eléctrica además de un grifo y barriles “porque hasta ahora solo teníamos botellas y al tener grifo se ahorra en cristal, chapas, etiquetas y espacio, y es más fácil de transportar para ir a ferias y demás”.

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