“La previsión de cosecha es buena. Ha llovido y si sigue así será buena cosecha pero todavía tiene que llover un poco más en este mes de mayo porque si no, como llevamos un retraso de un mes respecto a Guadalajara, no sería suficiente”, afirma Félix Espejo, responsable de la Asociación Provincial de Agricultores y Ganaderos (APAG) en la comarca de Molina de Aragón.
Esta buena perspectiva en lo agrícola no pinta tan bien en lo ganadero donde han visto como el pienso se ha disparado en los últimos meses. “Los precios del cereal hasta febrero estuvieron en máximos históricos pero desde febrero no han parado de caer sin embargo el pienso no ha parado de subir. Está ahora un 40% más caro que el año pasado”, afirma Espejo, quien señala que no son ajenos a la coyuntura actual con la guerra en Ucrania.
“Este año, con lo que está pasando en Ucrania, en zonas como las vegas, que son muy buenas y muy frescas, probablemente se siembre más girasol. Uno de los problemas que tenemos aquí es que hay unas zonas, como la sierra que, aunque se siembra girasol se lo comen los ciervos”, comenta este delegado de APAG, quien apunta a que el cultivo mayoritario de la zona es trigo y cebada, “algo de girasol y muy minoritaria colza, además de algo de esparcetas para cosechar para el ganado”.
APAG lleva más de 30 años en esta zona y cuenta con siete empleados: un técnico y un administrativo en oficina, dos veterinarios y dos personas en tienda además de dos en el departamento comercial.
La gestión de las ayudas de la PAC concentra gran parte del trabajo administrativo de esta delegación que ha visto el declive en el sector en estas tres décadas si bien ha sido menor que en otras zonas. “En la ganadería, por ejemplo, que conozco mejor, ha sido muy inferior al que ha habido en La Campiña. Puede que, por la distancia, al estar más alejados de la capital que tienen sus desventajas socialmente, pero en este sentido hacen que el que se dedique a este sector se asiente aquí y viva aquí”, comenta Espejo.
Los procesos de nueva incorporación han venido de la mano de las ya existentes, hijos de agricultores y ganaderos porque la realidad, señala Espejo, “es que empezar de cero es casi imposible por el grado de inversión que hay que hacer”.
“Actualmente tenemos un 45% de los ganadores menores de 50 años y un 65% son mayores de 50 años pero menores de 40 años solo tenemos un 11% de explotaciones, muy baja”, señala y sobre todo un dato revelador es que “un 32% más de 65 años, con lo que esas explotaciones van a desaparecen en dos o tres años”, alerta Espejo.
Lo cierto es que el número de cabezas se ha mantenido más o menos en estos años, pero gestionadas por una tercera parte de ganaderos. Algo similar a la tendencia en la agricultura.
“El tamaño medio de las explotaciones en Molina ha pasado de las 500 a las 1000 cabezas de ovino, que es prácticamente lo que hay porque vacuno apenas hay 500 cabezas en toda la zona”, afirma este veterinario.
Un ejemplo del declive está en Checa, el que fuera pueblo ganadero por excelencia, ha pasado en estas tres décadas de 20.000 cabezas de ovino trashumantes a 2000.
“Hay un problema fundamental que estamos viviendo con la ganadería y es que las ayudas, con la reforma del 2014, van ligadas a la superficie por lo que los ganaderos deben declarar hectáreas de pastos para poder cobrar esas ayudas. Pero esas hectáreas de pastos tienen que ser admisibles según un coeficiente que se determina en función de criterios como, por ejemplo, que si tiene muchos árboles pasa a forestal con lo que no pueden contabilizarlas de cara a solicitar esa ayuda”, explica.
La modificación de estos criterios es una demanda constante desde APAG. “Tengo el caso de un joven que se incorpora este año que está con el técnico para hacer el informe pertinente cuando lo que deberían es facilitarle todas las cosas y no tener que presentar de cada recinto una foto e informe para arrancar”.
En cuanto a la agricultura, uno de los problemas es que el precio de los arrendamientos “ya se aproxima mucho a la subvención por lo que mucha gente se retira”, comenta Espejo.
En el año 2019 se incorporaron en la zona de Molina 5 agricultores y 6 ganadores, 11 personas menores de 40 años. Más concretamente, en agricultura fueron 3 mujeres y 2 hombres y en ganadería 5 hombres y una mujer. Estas cifras descendieron en 2021, cuando tan sólo se incorporaron 5 agricultores y dos ganaderos, uno de ellos una mujer.
No obstante, en los últimos años, la incorporación oficial de la mujer al sector primario es una realidad. Y decimos oficialmente porque el trabajo de la mujer en este sector ha sido algo habitual y clave para la rentabilidad de estas explotaciones históricamente, si bien apenas unas pocas aparecían como titulares o cotitulares de las mismas. Algo que se ve también en esta comarca.
Precios disparados en la tienda
Espejo señala que en los últimos tiempos han visto dispararse los precios de los productos de la tienda que APAG tiene en Molina de Aragón. “Además de trabajadores somos consumidores y hemos visto un importante aumento y que es semanal, casi todas las semanas modificamos precios. Y muchas veces no entendemos como fluctúan tanto”, explica Espejo, quien afirma que casos como el aceite, la subida empezó mucho antes que la guerra de Ucrania.
Este responsable de APAG en la comarca señala que en la tienda trabajan con ciertas previsiones como la que apunta al incremento del precio del pellet por lo que ya están haciendo aprovisionamiento para el año que viene.
Imágenes: cedidas por APAG.