A principios de los años 80 un grupo de padres decidieron impulsar lo que hoy es el Aula de Música del Señorío de Molina y que cuenta con cerca de 200 alumnos que reciben educación musical cada año. La música y su conocimiento estaba presente en la comarca de la mano de las rondallas y también algunos eran los que aprendían piano y canto en el convento de las hermanas Ursulinas. Sin embargo, no fue hasta la puesta en marcha de este Aula cuando se pudo formar de modo regular, tanto en lenguaje musical como en diferentes instrumentos, a vecinos de toda la comarca.
“Cuando comenzó se impartía lo que entonces se llamaba solfeo, y hoy es lenguaje lusical, y se daban clases de piano y guitarra”, recuerda Rocío Andrés, hasta hace unos días vocal de la Junta de este Aula que está conformada por alumnos y padres de alumnos.
El Aula de Música Señorío de Molina ha tenido varias sedes. “En principio estuvo en un edificio del centro de Molina donde hoy hay viviendas. Luego se llevó al Monasterio de San Francisco, un edificio de usos múltiples y hace seis años nos trasladamos al edificio del CRA, donde se reunían los profesores de las antiguas escuelas rurales y que estaba cerrado”, explica Andrés.
Gracias a ayudas de la Junta, Diputación y el Ayuntamiento se ha acondicionado y renovado las instalaciones y se han hecho diversas aulas dentro del edificio, “un auditorio, un office, se han adaptado los baños, etc.… para dar cobertura a más de 200 alumnos”.
El Aula de Música cuenta con el apoyo del consistorio mediante un convenio de colaboración que consiste en una subvención anual “que contempla la cesión de instalaciones por parte del Ayuntamiento, pago de suministros tales como la luz, calefacción u agua, y a cambio el Aula celebra actuaciones musicales a lo largo del curso”.
Pese al goteo que año tras año va dejándose notar en la población de la comarca, lo cierto es que el Aula ha ido ganando alumnos alcanzando su mayor número justo antes de la pandemia. “Se está dando una educación musical a chavales y adultos de Molina ya que la edad mínima es de tres años, que es cuando empiezan con música y movimiento, y no hay edad máxima. De hecho, tenemos una alumna que ronda los 80 años”, destaca Rocío Andrés.
No se trata de una formación reglada pese a que han tenido ocasión de homologarla. “Durante un tiempo lo intentaron, de hecho, venían desde el Conservatorio de Guadalajara a hacer los exámenes, pero nos dimos cuenta que al final eso suponía mucha presión para los alumnos. El fin del aula es que se aprenda música, pero se diviertan, no queremos que lo tenga como un sufrimiento”, comenta esta madre que asegura que desde la administración se les animó a realizar un convenio con el Conservatorio de Guadalajara “pero vimos que no iba a ser factible para el alumnado que tenemos”.
Las disciplinas que se imparten son música y movimiento, para los más pequeños, “y a partir de los 6 años entran en lenguaje musical con un curso de iniciación y ese mismo año empiezan con el instrumento” que puede ser piano, la guitarra, la guitarra eléctrica, la percusión, o alguno de viento y madera (incluye clarinetes, flautas, saxofones …) o viento metal (trombones, tubas, etc.).
“Los alumnos pueden elegir el instrumento que quieran orientado por los profesores que son lo que saben que les puede ir mejor”, señala Andrés.
El Aula cuenta con un total de 8 profesores. “Tenemos tres profesores de viento madera, otro de viento metal, otro de guitarra eléctrica y clásica, y otro de percusión. Todos que vienen de fuera a los que se suman dos profesoras que viven en Molina y dan lenguaje musical y piano”. Las clases son individualizadas salvo las de los pequeños de música y movimiento.
“Muchos cuando salen fuera tienen que dejar sus estudios musicales, aunque tenemos la fortuna que la gran mayoría de ellos, cuando vuelven a Molina participan con su instrumento. De hecho, en la banda están haciendo ensayos los fines de semana para que esos chavales puedan venir y no lo dejen”, comenta Andrés, que se muestra orgullosa de numerosos alumnos que empezaron en este Aula y luego siguieron su formación y ahora se dedican a la música.
Este año están estudiando hacer un convenio de colaboración con la Diputación de Guadalajara para impartir clases de dulzaina “porque es un instrumento que se está perdiendo”.
Para aquellos interesados en apuntarse, en el mes de junio se lanzó una matrícula a través de redes sociales (Facebook), wasap y mail para que los antiguos alumnos se pudieran matricular y no pierdan su plaza y en septiembre se abrirá la matrícula para los nuevos alumnos.
Fotos cedidas por el Aula de Música del Señorío de Molina.