El Señorío de Molina y la trufa negra (ll parte)

La recolección espontánea de la trufa negra (hemos visto en el primer artículo) era una actividad tradicional en algunos municipios de la sierra, que permitía a un reducidísimo núcleo de personas expertas, que tenían perros apropiados, obtener una renta complementaria muy suculenta para estas pocas familias

 

Hasta la década de los ochenta (en Francia e Italia) y algo más tarde en España no se concebía que la trufa pudiera cultivarse, a través de plantaciones de encinas. Fue, pues, en la década de los noventa del pasado siglo cuando se acuñó un nuevo término: la truficultura, que en la Tierra de Molina, como adalid un cartero urbano, que vivía a caballo de Molina de Aragón y su localidad natal (Adoves): Jerónimo Lorente Hernández, que se hizo famoso en los años setenta por varias cosas: haber gestado la primera huelga general en Correos, frente al Ministerio de la Gobernación, en época de la dictadura; propiciado una escisión de Comisiones Obreras y creado, a partir de una base asamblearia, un nuevo sindicato, la CSUT.

 

Jerónimo Lorente, retirado de su actividad sindical de primera línea, vocal por el ayuntamiento de Adoves en la Mancomunidad de la Sierra, y sexmero en la Comunidad del Señorío de Molina y su Tierra, presentó en el año 1992 un documentado estudio y propuesta para la potenciación de la Trufa, aprovechando la coyuntura de aquel primer programa de apoyo en comarcas de media y alta montaña, que fue el Leader I.

 

CONDICIONES FAVORABLES PARA POTENCIAR LA TRUFA

 

“Que nuestros pueblos se quedan sin gente -decía en 1992- es una evidencia… En un contexto tan crítico, cualquier iniciativa que se haga en nuestra Mancomunidad y en nuestra Comarca deberá ir destinada a atajar este fenómeno” de despoblación.

 

Con perspicacia, señalaba las condiciones favorables para potenciar la trufa.

 

“A) Las perspectivas del mercado a medio e incluso a largo plazo, son ilimitadas.

 

  1. B) El cultivo de la trufa es una actividad alternativa a la agricultura…

 

  1. C) El principal trabajo se da al invierno en la recogida y, por tanto, ayuda a conservar población en la época del año que es más escaso.

 

  1. D) Es un cultivo muy duradero, cuyo mantenimiento no es caro ni difícil y se puede simultanear con otras actividades.

 

  1. E) Nuestra zona, y especialmente la mayoría de los pueblos de la Mancomunidad, cuentan con unas condiciones privilegiadas para desarrollar este cultivo.

 

  1. F) La trufa está incluida dentro del programa “Leader” y la ayuda económica que puede llegar por esta vía, será un factor importantísimo en la recuperación de truferos espontáneos y repoblación con planta micorrizada”.

 

CAUSAS DE LA CAÍDA DE LA PRODUCCIÓN ESPONTÁNEA

 

A continuación denunciaba las causas del deterioro de la producción espontánea que se había producido en los últimos años, y que a su juicio, “sin quitarle importancia a la sequía y al jabalí”, sintetizaba en las siguientes concausas:

 

1) “Tenemos unos montes viejos y mal cuidados… No puede perderse de vista, que las plantas, a parte de estar clareadas y bien podadas, necesitan ser sustituidas por otras jóvenes…

 

2) Coger trufas con heladas o de forma forzada, sin dejarles madurar en los años de escasez, son dos factores que inciden muy negativamente, ya que en tales condiciones la trufa no puede dejar en la tierra sus esporas regeneradoras.

 

3) Romper las raíces más someras o secundarias por no poner cuidado al hacer los pozos y cerrar mal los pozos o pisar sobre ellos, dado que los truferos necesitan una tierra muy suelta.

 

4) El apurar la temporada y no dejar en la tierra las últimas trufas, que son precisamente las que mejor cumplen el ciclo de maduración y resultan imprescindibles como germen o semilla, que sienten las bases para la producción del año siguiente”.

 

La importancia del documento no es solo por la constatación de este pasado, sino por abrir y dar luz a una nueva iniciativa, que tenía sus primeros brotes desde apenas unos años en España. Las condiciones para la repoblación con planta micorrizada partían de una actitud decidida y persistente (resiliente, diríamos en lenguaje de hoy), que no esperara rendimientos cortoplacistas, necesitada, por ello, de ayudas técnicas y económicas para resistir en los primeros años, que aseguraran el resultado de una toma de posición tan audaz, como atractiva.

 

REPOBLACIÓN CON PLANTA MICORRIZADA

 

La investigación y el documentado trabajo de Jerónimo Lorente sobre estas repoblaciones se basaba en la información que había podido extraer de explotaciones pioneras en Francia e Italia, por las que sus conclusiones eran provisionales:

 

“- La repoblación por hectárea admite entre 200 y 300 plantas y tardan entre ocho y diez años en producir las primeras trufas.

 

– Las repoblaciones tienen la ventaja de que todas o la inmensa mayoría de sus plantas son productivas y que al hallarse ubicadas en espacios de terreno más pequeños, permite llevar a cabo sin dificultades la protección (vallado), laboreo y riego”.

 

– En el sistema de riego -confesaba- no hay consenso. Económicamente solo es viable el de aspersión, que se puede implantar con acoples al sistema de goteo; esto es, adaptar a cada punto de las gomillas del goteo un mecanismo muy barato (25 pesetas unidad) que garantiza en cada punto una superficie de riego en forma de lluvia de dos a tres metros cuadrados.

 

– La pluviometría ha de ser buena no sólo en los meses veraniegos, sino también y muy especialmente en el mes de mayo que es cuando se está formando la trufa. En los meses de verano se necesita el agua para que la trufa engorde, pero en el mes de mayo se precisa para que se forme.

 

– Los precios por planta oscilan desde las 1.200 pesetas a las 900, según los viveros. Comprar al precio más caro carece de sentido -decía-, porque ello no conlleva que sea mejor la planta o la micorrización.

 

– La repoblación estimativa por hectárea, en condiciones favorables de laboreo y riego, está valorada entre los 30 y 60 kgs. al año”.

 

Estos datos se barajan partiendo de los resultados de las plantaciones francesas, y proponía “que nosotros mismos comprobásemos en Francia y a pie de finca, como funcionaba aquello y cual es su producción real; cosa que debería hacerse en seguida, porque queda tiempo para que finalice la temporada (el documento presentado al Pleno de la Mancomunidad lleva fecha 24 de febrero de 1992). De otra parte, desde el día 8 de marzo se celebrará en Italia un congreso sobre la trufa en el que se pretende sintetizar todas las experiencias acumuladas hasta ahora por franceses e italianos”, por lo que proponía que se acudiera a visitar los dos sitios.

 

VALORACIÓN DE LA INCIATIVA TRUFERA

 

Supongo que la visita “in situ” no llegó a practicarse en aquel corto espacio de tiempo, pero lo que no queda duda es que aquella iniciativa documentada fue elevada al órgano competente decisorio del programa Leader, y fue bien vista en Guadalajara, Castilla-La Mancha y Bruselas, concediendo visibilidad e incluyendo las actuaciones en el programa oficial (aunque, en un principio, la cuantía asignada para la trufa era bastante escasa) y entregando con dinero de la Unión Europea las primeras líneas de ayudas.

 

Hoy sabemos mucho más de la truficultura. Prolifera su uso astronómico y, por consiguiente, Jornadas en el Maestrazgo, Alto Aragón y al pie de la sierra del Javalambre (Sarrión), que la dan a conocer, junto a jornadas técnicas que llevan a cabo ingenieros agrícolas y forestales volcados en este sector desde hace veinte años.

 

La truficultura requiere de una inversión inicial fuerte por los gastos de plantación, de preparación del terreno, de riego … y se tardan años en recuperarlo, al menos cuatro para ver el primer fruto y, a partir del séptimo año, contar con una producción contrastada y sustancial. De ahí la necesidad de contar con apoyos económicos (subvenciones públicas) en estos primeros años.

 

Me pareció interesante, y casi obligado, sin saber nada de los suelos, de los PH y de la importancia de las encinas y carrascas, ni del laboreo, arado o podas, ni de las rentabilidades y precios, dar a conocer la historia de aquellos primeros buscadores de trufas, y actuales cultivadores de esta en los pueblos de la Sierra de Molina.

 

Juan Carlos Esteban Lorente

 

 

 

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