Entre 25 y 30 artesanos participarán en la clásica cita, que en el Centro Cultural de San Francisco, mostrará creaciones únicas hechas a mano con materias primas de la comarca, como la piedra o la madera de sabina.
Molina acoge durante el puente de la Constitución la VII edición de la Feria del Regalo, organizada por el Geoparque de Molina-Alto Tajo desde que forma parte de la Unesco. Es uno de los proyectos con los que quieren atraer visitantes a la capital de la comarca también en invierno e invitar a la población local a reencontrarse con familiares y amigos y celebrar la tradicional Nochebuena que en Molina se adelanta a estas fechas. Pero, sobre todo, es un reclamo para comprar los regalos navideños en la comarca, apoyando así al comercio local: “Esta feria forma parte de un proyecto de dinamización del territorio, que incluye 15 ferias al año, cuatro de ellas en Molina”, explica Juan Manuel Monasterio, gerente del Geoparque. “Además, es la pequeña Navidad en Molina y la gente acude a su pueblo, por lo que aprovechamos para citar a los artesanos de la comarca y que la gente al comprar los regalos de Navidad elijan producto local. Queremos que se produzca el comercio de cercanía y que sea una ocasión para que la gente venga y Molina sea un punto de encuentro”.
La VII edición, que se celebrará en el Centro Cultural San Francisco con el apoyo del Ayuntamiento de Molina y la Diputación Provincial, contará con la participación de entre 25 y 30 artesanos convirtiéndose así en un fantástico escaparate donde los artesanos pueden mostrar sus creaciones al público, trabajos elaborados a mano que cada vez más se elaboran con materias primas de la comarca. “Se está notando que los artesanos trabajan con madera, de sabina sobre todo, con piedra, cerámica, hierro… es más artesanía pura y dura” y eso da “mayor valor añadido a los productos”.
Todos los participantes en la cita proceden principalmente de las localidades del Geoparque, “aunque son cada vez más los artesanos que se ponen en contacto con nosotros desde municipios de las provincias colindantes para participar”, añade María Viorreta, encargada de la organización de la Feria.
Martín Mendieta es uno de ellos. Crea esculturas con piedra natural que encuentra en la comarca, “aunque también de otras zonas”, y resalta la “gran variedad” de rocas que encierra este territorio. Acudió a la Feria en su primera edición aunque admite que lleva años sin ir porque por su experiencia, el gasto medio del cliente suele rondar los 30 euros y “mi obra es más cara”. Quien no falta a la cita es José Ruiz, apodado ‘El Mago de Boj’, aunque este año compartirá puesto. “Nuestro trabajo es ambulante y este tipo de ferias son nuestro escaparate, no nos queda otra”, confiesa. Su experiencia con el cliente es agridulce. “En Molina nos apoyan. Aunque hay gente que cree que la artesanía es muy cara no sabe que empleamos muchas horas en cada creación”. Asi que “cuando alguien me compra algo me siento genial porque no he contaminado y además, éste es el trabajo de mi vida”.
José trabaja el cuero y el hueso, pero, sobre todo, la madera “de boj, sabina, sauce, olmo o nogal”, que encuentra en la comarca. La cojo yo mismo”, dice orgulloso. “De árboles caídos por el viento o de desbroces… cojo la madera y la seco, cojo raíces…” y de todo ello salen escudos de equipos de fútbol, pendientes, colgantes o cuadros con búhos, flores, gnomos o serpientes. Son los “seres ocultos del bosque”. Creaciones que la naturaleza “me da medio tallada” porque su técnica consiste es aprovechar las formas naturales de la madera.
El Geoparque de Molina-Alto Tajo cuenta con una treintena de artesanos. Desde repujadores de cuero a canteros, de escultores en piedra y madera a herreros, sin olvidar a ceramistas, cerveceros artesanos, pintores, cereros o restauradores. Todos tienen sus talleres ubicados en distintos puntos del territorio. A veces, con tienda incluida; otras, con zona de exposición. Y todos reconocen sus creaciones como verdaderas obras de arte porque son únicas y se elaboran con un sentimiento vocacional puro.