Desatino tras desatino. Pretender gestionar una crisis sanitaria como la que sufrimos y quedar bien con todo el mundo, como es la pretensión de Sánchez, es imposible, aunque ni él ni su Gobierno se hayan enterado todavía. Por eso, lejos de llevar una línea de actuación coherente y rigurosa, desde la prudencia que tanto reclaman, meten la pata casi cada vez que hablan y de paso crean un desconcierto considerable en toda la ciudadanía.
Como muestra valga un botón, el de los desplazamientos a las segundas residencias dentro de una misma provincia en la fase 1. Cuando todos teníamos asumido e interiorizado, y lo veíamos razonable, y lo sabíamos a ciencia cierta, que esto ocurriría solo en la segunda fase, es decir a partir del 25 de mayo, el señor presidente sale con su habitual discurso insufrible y desconcertante desbaratando los criterios de Sanidad, que se supone son los establecidos por los técnicos, diciendo que en esta fase se podrá viajar a las segundas residencias dentro de la provincia, y luego medio rectifican y dicen que sí, pero que mejor no. Entonces, ¿a qué atendernos? ¿para qué cambiar lo previsto inicialmente creando un desconcierto generalizado?
Pero es que en algunas comunidades autónomas se han apresurado a pedir precisamente que en la fase 1, en la que ahora acabamos de entrar aquí, se permitieran este tipo de desplazamiento para acto seguido, decir que¡ ojo!, ¡cuidado!, que es mejor no ir, que el hecho de que se pueda ir a la segunda residencia no quiere decir que se tenga que ir, verdad esta de perogrullo, lo que muestra el desatino y las contradicciones constantes en muchas de las decisiones que se están tomando, muchas incomprensibles teniendo en cuenta la cantidad de personas que deben estar asesorando, se supone, a los gobiernos nacional y autonómicos.
De haber dejado las cosas como estaban previstas, que todos ya habíamos asumido sin problemas especiales, se hubieran evitado que alcaldes como el de Molina de Aragón, muy activo y preocupado por esta situación, haya tenido que pedir a los molineses con segunda residencia en su ciudad y comarca que, por favor, esperen al menos un par de semanas para ir a Molina a ver a sus padres, amigos o simplemente recrearse en el barranco de la Hoz en pleno naturaleza, porque allí, como en tantos pueblos existe mucha población de riesgo y porque, en realidad, quince días más no suponen ningún trauma para nadie. Como también se ha manifestado en el mismo sentido, con toda la razón del mundo, La Otra Guadalajara.
Y todo este cambio de última hora y hecho de malas manera por el Gobierno de la nación, que ha acabado afectando a los gobiernos autonómicos y cabreando a los alcaldes rurales, solo para justificar las medidas “especiales” que han tomado con el País Vasco, permitiendo incluso desplazamientos interprovinciales a través de municipios colindantes en estos territorios históricos de Euskadi aunque luego ellos, inteligentes y prudentes, han sido mucho más restrictivos de lo que la norma les permite y han dejado en el evidencia al Gobierno de España.