“Cada pueblo es como una persona. Cada pueblo es un mundo diferente y tiene unas necesidades prioritarias”, señala el alcalde de Villel de Mesa, Pedro Lozano quien habla con conocimiento de causa tras más de cuatro décadas al frente del Consistorio de este pequeño municipio de la comarca del Señorío de Molina.
Recientemente ha visto como sus gestiones han surtido efecto y se ha iniciado las obras de consolidación y rehabilitación del castillo del municipio, en riesgo de derrumbe. Un asunto pendiente desde hace décadas y por las que no han parado de moverse en este pequeño consistorio desde donde Lozano asegura “siempre hay cosas por hacer”.
Apoyo de Diputación
Los nuevos fondos de inversión en municipios creados por el equipo de Gobierno de la Diputación de Guadalajara –FOCODEM y Plan Extraordinario de Inversiones-, sumados a los planes provinciales y obras hidráulicas supondrán una inversión cerca a los 135.000 euros en el municipio en los próximos dos años.
Así, la Diputación va a invertir 35.000 euros en la renovación de redes hidráulicas, y se van a realizar mejoras de pavimentación en vías públicas gracias a los planes provinciales de 2021, que tiene un presupuesto de 47.700 euros.
“Lo primero será renovar tuberías de hace 30 años que son de uralita y van a pasar a ser de pvc con todo homologado. Esto es muy importante porque actualmente hay mucha pérdida de agua y en el invierno somos 180 habitantes, pero en el verano somos 900”, apunta Lozano quien destaca también la ayuda recibida a través del Focodem que va a permitir la habilitación de un local municipal para establecimiento comercial. “Hay una persona del pueblo que tiene la panadería y está dispuesta a ponerla”, comenta el primer edil.
Actualmente, Villel de Mesa cuenta con colegio. Más en concreto, un Centro Rural Agrupado (CRA) con aula única al que acuden niños desde Corduente, Tortuera o Mochales. Algo que celebra este alcalde quien reconoce que la población del municipio es principalmente mayor.
“Uno de los problemas que tenemos es que la población está envejecida”, señala, aunque afirma que, por suerte, “los más jóvenes, unas 18 personas, están trabajando en los parques eólicos de la zona y en los balnearios en Jaraba que está muy cerca de Villel, apenas a 10 kilómetros”.
Comunicaciones, la clave
Con la pandemia no han visto crecer la población, pero sí confía en que cuando se termine de instalar la fibra óptica sea un revulsivo que anime a alguno a trasladarse al pueblo. “Somos uno de los municipios donde está llegando la fibra óptica en la zona junto con Albares y Mochales. En la red general ya está y ahora están realizando la instalación en las calles del municipio”, explica y estima que a finales de verano dispongan de este servicio tan esencial hoy en día.
Este alcalde es consciente de que las comunicaciones, tanto telemáticas como físicas, son esenciales para el desarrollo de la zona. En este sentido, afirma que cuentan con una carretera que no está en mal estado, pero lamenta que las conexiones con la vecina comunidad de Aragón sean deficientes. “Este valle es muy bonito, pero tiene que tener un acceso bueno. Eso pasa por que se haga el desvío en Algar porque no pueden pasar los autocares ni nada de una comunidad a otra. Es una pena que no puedan venir autobuses de turistas porque la carretera no esté en buen estado”, afirma.
Esa mejora en las comunicaciones impulsaría el potencial turístico que tiene la zona, en opinión de Lozano, que afirma que el municipio no cuenta con ninguna casa rural si bien hay una persona interesada en poner una.
Lozano señala que la conocida como España Vaciada ha estado bastante abandonada. “Tenemos nuestros derechos, aunque seamos pocos y envejecidos, pero puede que haya gente que quiere venir”, afirma.
Concentración parcelaria
Lozano defiende que la concentración parcelaria sería un buen instrumento para ayudar a dinamizar la zona y atraer agricultores. “Soy agricultor y ganadero y sembrar muchas fincas pequeñitas no es rentable y si no hay actividades no viene nadie”, afirma.
Este alcalde trabaja por impulsar una zona de 100 hectáreas de regadío en este valle “que se podría transformar y no a sembrar cebada y trigo sino espárragos o variedades de árboles frutales que se adaptan perfectamente y al mismo tiempo tendríamos temporeros para ampliar la población”.
En este sentido, cabe señalar que el Gobierno regional ha iniciado una ronda de reuniones con los agricultores y propietarios de fincas agrícolas y forestales para informar de los beneficios de la concentración parcelaria que arrancaba hace unos días en Villel de Mesa.
Fotografías cedidas por el Ayuntamiento de Villel de Mesa.