Sorprende y mucho la situación de dejadez y abandono que se puede apreciar en amplias zonas del Parque Natural del Alto tajo. Durante el mandato de Dolores de Cospedal se le achacó, con razón, el abandono de esta zona, como de otros parques naturales, el cierre incomprensible de los centros de interpretación, pero ahora que Cospedal ha desaparecido del mapa político y cuando ya llevamos desde 2015 con un Gobierno de Page, la situación no ha mejorado especialmente.
Es verdad que desde hace unos meses se han vuelto a abrir los centros de interpretación, que son una apuesta acertada y necesaria para la comarca, pero a partir de esta evidencia habría que dejar claro que el Parque Natural en su conjunto y los propios centros de interpretación requieren de una acción decidida de renovación y mejora, hay mucho que hacer y no parece que haya intención alguna por hacerlo.
Si finalmente se va a acometer la obra de mejora de una carretera fundamental para el desarrollo de la comarca como es la vía CM-2015, que une Corduente con Zaorejas, tendremos que, además de alegrarnos, clamar : ¡ya era hora!, porque es realmente ignominioso que hayamos llegado a estas alturas con la situación actual de esta carretera, pero es que, además, basta darse un paseo por el territorio que, no lo olvidemos, aspira nada menos que a Parque Nacional, para ver cómo la dejadez, el abandono, la falta de mantenimiento, la desidia… acampa en algunos puntos concretos de especial interés turístico y no deberíamos olvidar que es precisamente el turismo uno de los principales soportes, sino el primero, de la economía para estos pueblos.
Por eso, me ha sorprendido de nuevo comprobar el estado de algunos caminos y pistas forestales que dan acceso a parajes de indudable interés turístico (ya decíamos el pasado verano que la situación de la pista que une Taravilla con su maravillosa laguna debería avergonzar a más de uno con competencias en la materia). La falta de señalización adecuada en muchas partes del parque, la existencia de vallas, mapas, carteles y señales rotas e inservibles por el paso del tiempo, o la falta de renovación de cartelería y medios audiovisuales en los centros de interpretación que son, precisamente, la puerta de entrada donde el visitante se lleva la primer impresión del lugar que pretende visitar y disfrutar, nos indican que algo se está haciendo mal, que no parece que exista interés ni planificación alguna para este maravilloso entorno.
Por Ley, la Consejería de Medio Ambiente de la Junta debería cuidar de estos detalles tan importantes y que nos dicen mucho sobre lo que realmente piensa la Administración regional de nuestro Parque Natural, tiene las competencias claras de administración y gestión, y de hecho dispone de todo un ejército de personal a su servicio para ello. Y la misma Ley dice que la Junta Rectora debería asesorar y velar por el correcto cumplimiento de todas las normas que afecten al buen fin del territorio.
Pero ni por esas, y aún me sorprende más la falta de pulso de la Junta Rectora, porque en ella se integran representantes de los ayuntamientos afectados, agricultores y ganaderos, organizaciones ecologistas y agrarias, incluso representantes de los cazadores y pescadores y, de ellos, uno siempre espera algo más que verles sentados a la mesa con los políticos mientras les hacen la foto, porque de los políticos ahí sentados no espero nada, pero nada, y a las muestras de cómo está la situación me remito. Luego que no nos vengan hablando de nuevas leyes contra la despoblación y milongas similares. Todo es mucho más sencillo y fácil si realmente hubiera voluntad.