El toque manual de campanas de Alustante, un patrimonio ancestral impagable

El patrimonio y las tradiciones se conservan tras siglos de existencia gracias al mantenimiento y conservación de los mismos. Y esto conlleva la voluntad de nuestros antepasados para mantenerlos vivos. Son muchos los patrimonios materiales destacados, incluso a nivel mundial, que recordamos y hoy se valoran como un tesoro a conservar. Más difícil es el caso de los inmateriales, donde es más frecuente que sean infravalorados y en los que se enmarcan muchas tradiciones, algunas tan populares y ancestrales como el toque manual de campanas. Un patrimonio local inmaterial que en Alustante acaba de conseguir la declaración, por parte del Gobierno de Castilla-La Mancha, con categoría de Bien Inmaterial “por su contribución a la diversidad cultural castellano-manchega”, señalaban la portavoz del Gobierno regional, Blanca Fernández.

De este modo, añadía la consejera y portavoz, se trata de “la expresión cultural del toque manual de campanas de Alustante es reconocida y compartida por toda la Comunidad como parte integrante y representativa de nuestro patrimonio cultural y de nuestra memoria colectiva”.

Este reconocimiento llega tras más de 15 años de trabajo conjunto de la parroquia de Ntra. Sra. de la Asunción, la Asociación Cultural, el Ayuntamiento de Alustante que han luchado por la conservación de un conjunto de toques de campanas que representan uno de los medios de comunicación de masas más antiguos de los que dispone esta comunidad rural. No es algo exclusivo de este municipio, pero en él han tenido la voluntad y el trabajo de recopilarlo y conservarlo, donde ha tenido mucho que ver el actual campanero del municipio y también concejal, Diego Sanz.

“Mi abuelo era campanero de Alustante y yo aprendí muchos toques de él, aunque luego he intentado contrastarlo con lo que sabían otros campaneros de la comarca. Soy deudor de algunos otros como Eugenio Moreno de Tartanedo o el tío Celestino de Alcoroches, y aunque es verdad que cuando fui a visitarlos tocaron cosas que eran muy parecidas a las que conocía, la verdad es que me refrescaron mucho la memoria. También el hijo de un antiguo sacristán de Alustante, Antonio Retusta, me ayudó mucho en la recuperación de toques que ya prácticamente estaban olvidados”, explica Diego Sanz, que no oculta su satisfacción por este reconocimiento, al igual que la alcaldesa del municipio, Rosa Abel Muñoz.

Sanz se considera un mero trasmisor de la tradición. “No es patrimonio mío y siempre he querido que la gente lo conociera y que esto el día de mañana tiene que quedar como una cuestión viva, cueste lo que cueste”, señala, algo que parece será más sencillo a partir de ahora con este reconocimiento.

Este pequeño municipio de la comarca del Señorío de Molina ha identificado y conservado 16 toques manuales de campaña que, a lo largo de los siglos, ha cumplido un conjunto de funciones sociales para la comunidad, como informar, alertar, delimitar las lindes del territorio y proteger a la población.

En concreto, se trata de toques relativos a: oraciones, misa, misa en ermitas, rosario, repique de fiesta, repique de Domingos Terceros, escuela, doctrina, penitencia, nublo (para conjurar tormentas), de concejo (aviso de eventos civiles), de rebato (de peligro), de perdidos (para avisar de que se había perdido una persona), de difuntos, de Gloria (niño difunto) y bandeo (fiestas patronales).

El recorrido por los campanarios y las conversaciones con los campaneros y vecinos del Señorío de Molina, le permitieron confirmar a Sanz la similitud de los toques que existió en el conjunto del territorio y cuya diferencia “yo atribuyo a la evolución e interpretación a lo largo de los siglos de cada uno, pero que tienen un tronco común”, señala.

No obstante, esto no es una tradición única de la zona, de hecho, según señala Sanz, donde actualmente más se conserva es en dos zonas: el área cantábrica y la mediterránea del Levante donde hay incluso asociaciones de campaneros.

En Alustante, además de recopilar y conservar, han trabajado para su difusión. Para ello han realizado cursos de toque de campañas, impartido por Diego Sanz, donde han mezclado teoría e historia de esta tradición con la práctica de la misma. Todo ello con el objetivo de dar a conocerla entre los vecinos del municipio y que se trasmita de generación en generación.

“En este curso se abordó el significado de los toques, porque es muy importante conocer el contenido antropológico que tiene. Además, tuvimos la suerte de conseguir dos campañas pequeñas de hierro que nos permitieron ensayar esos toques, sus ritmos básicos porque son toques basados principalmente en el ritmo”, explica este campanero quien señala que el próximo verano, y según lo permita la pandemia, esperan poder dedicar un día a celebrar este reconocimiento y dar a conocer, más si cabe, sus toques de campana.

Vídeo facilitado por Diego Sanz de uno de los toques, el llamado tan-ta-ra-una o tantarauna o tintilinublo, que es uno de los que más me gusta porque se tocaba para conjurar las tronadas, es decir, para avisar de salvar las cosechas del granizo.

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