Los primeros años del siglo XXI no están siendo tampoco especialmente favorables para la población en el Señorío de Molina. Si pensábamos que el problema se ceñía a la segunda mitad del siglo XX, que castigó duramente nuestros pueblos con el abandono de muchos vecinos en busca de mejores oportunidades de vida en las nuevas zonas de industrialización, estos años del actual siglo, y a pesar de todo lo que se está diciendo sobre la lacra de la despoblación, siguen el mismo camino y los pueblos cada día que pasa pierden más y más habitantes sin que se tomen medidas que contribuyan a parar esta situación.
El censo electoral del Partido Judicial de Molina de Aragón de 2019 arroja un total de 7.544 habitantes, en sus 59 municipios en los que se incluyen otros 36 núcleos que figuran como anexionados o EATIM. En el primer censo electoral de este siglo, correspondiente a las elecciones locales de 2003, la población era de 9.422 habitantes, es decir en este periodo la comarca ha perdido casi 2.000 habitantes, un alarmante 20 por ciento sobre una población ya diezmada.
En el reparto oficial de concejales que se hace en cada uno de los procesos electores municipales, se refleja perfectamente esta dura realidad para nuestros pueblos, cada día con más problemas incluso para encontrar candidatos a las alcaldías o concejalías, a pesar de no ser muchas.
Así, en las últimas elecciones municipales de 2019, Molina que es único municipio con 11 concejales, y tan solo otros dos ayuntamiento de la comarca tienen 7 concejales, es decir más de 250 habitantes censados, mientras que a principios de siglo eran cuatro. Pero las cifras siguen siendo dolorosas, ahora solo 11 municipios tienen cinco concejales, mientras que en el año 2003 eran veinte, y los menores de cien habitantes, bien sean concejos abiertos (2) o con tres concejales han llegado a los 45 frente a los 34 de las municipales de 2003.
Corduente, con sus 13 anexionados o entidades locales menores que dependen de este Ayuntamiento, con 349 habitantes, es el único municipio de toda la comarca, junto a Checa, que consigue mantener los 7 concejales, con una población en este caso de 282 habitantes, aunque no cuenta con ningún pueblo anexionado en este caso.
Pero los datos desde que se inició este siglo siguen siendo alarmantes, cada año que pasa más que el anterior. Mientras Molina consigue mantener población más o menos estables aunque a la baja gracias, eso sí, a que recibe vecinos de otros pueblos de la comarca, la práctica totalidad del resto de municipios han perdido un importante número de habitantes desde el año 2000.
Si nos fijamos en los más significativos, Alcoroches ha bajado desde los 182 en el censo del citado año a los 126 del último censo oficial que corresponde a 1 de enero de 2019; Alustante contabiliza 153 censados y en aquello momentos tenía nada menos que 253; Campillo de Dueñas ha pasado de los 132 a los 78 de ahora; Checa, otro de los “grandes” municipios de la comarca, ha descendido de manera muy seria pasando de los 410 a los 282 de estos momentos; Fuentelsaz, al norte del Señorío, ha bajado desde 133 a 94; Milmarcos, en la misma zona de la sexma del Campo, y otro pueblo referente en el Señorío históricamente, ha caído desde los 116 a los 73; Orea, al sur de la comarca, ha sufrido un duro golpe en estos primeros años del siglo XXI al descender su censo desde los 289 a tan solo 180.
Algunos de los pueblos de la zona del Alto Tajo, los más poblados históricamente y que han logrado una mayor estabilidad de población, como Peralejos de las Truchas y Poveda de la Sierra, tampoco se han librado de un abrupto descenso en las dos primeras décadas del siglo. Peralejos se sostiene con 143 mientras que al inicio del siglo tenía 170, y Poveda ha bajado desde los 195 a los 114 actuales. Más difícil ha sido la situación en Peñalén, también en el Alto Tajo al caer hasta los 73 desde los anteriores 138; o en Villanueva de Alcorón que ha descendido su censo a 149 cuando antes contaba con 279; lo mismo en Zaorejas que ha pasado de 206 habitantes a los 116 actuales. Y partiendo de la base que estos pueblos están en una de las zonas más privilegiadas turísticamente hablando, y con sector hostelero notable, por el atractivo del Alto Tajo.
Más difícil lo tienen en pueblos cuyo único potencial claro es el sector cerealista y así han visto también reducida de manera notable su población. Son los casos de La Yunta, que ha caído en estos escaso veinte años hasta los 89 habitantes cuando inicio el nuevo siglo con 168; o el caso de Setiles, que ha bajado desde 162 a 80. Solo Tortuera, otro de los municipios importantes de la comarca, logra mantenerse a duras penas un ceso de 194 personas aunque bajando de los 223 que tenía en 2000.