La despoblación del medio rural: una cuestión de Estado

La despoblación es el resultado de procesos demográficos que vienen de lejos. Desde la segunda mitad del siglo XIX, la emigración de la población rural hacia las ciudades cobra mayor intensidad y se agudiza entre finales de la década de 1950 y mediados de los años 70, cuando se produce el éxodo rural masivo. En adelante la intensidad emigratoria se reduce, pero sigue habiendo un goteo constante de pérdida de población rural, que se ha acelerado de forma notable desde el año 2011 con la crisis económica.

Desde el año 2001 hasta 2018 han perdido población el 63% de los municipios españoles. Y si nos centramos a la última década, desde 2011, 6.516 municipios están perdiendo población, es decir el 80,2% de nuestros municipios. En los pequeños municipios, las pérdidas afectan a casi el 90% de los menores de 1.000 habitantes. Casi el 50% de los municipios está por debajo de 12,5 habitantes por Km2, ratio que la Unión Europea califica de riesgo de despoblación.

Desde el Gobierno de Castilla-La Mancha somos conscientes de que uno de los problemas estructurales que tenemos en amplias comarcas es el fenómeno de la despoblación. Dentro de la zona de baja densidad de Castilla-La Mancha, con menos de 10 habitantes por Km2, llama la atención las provincias de Cuenca y Guadalajara, especialmente las comarcas de la Alcarria y las de montaña, como es el caso de la comarca de Molina con aproximadamente 2,3 habitantes por Km2.

Este proceso de despoblamiento es un problema con transcendencia económica, social y política, que no es exclusivo de nuestra Comunidad Autónoma sino compartido por otras zonas del país, especialmente de la España interior, y que por lo tanto requiere de acciones a distintos niveles y de un “Pacto de Estado” que, entre otras cuestiones aborde la solidaridad y la financiación para hacerle frente.

Por este motivo, los presidentes de los Gobiernos de Castilla-La Mancha y Aragón en la reunión que mantuvieron en Molina de Aragón, el pasado día 17 de septiembre de 2019, consideraron urgente la conformación de un nuevo Gobierno en España para la puesta en marcha de la Estrategia Nacional Frente al Reto Demográfico y reiteraron la necesidad urgente de abordar por parte del Gobierno de España, la aprobación de un nuevo modelo de financiación autonómica que garantice que todos los ciudadanos españoles reciban los mismos servicios públicos, con independencia de su lugar de residencia y de su capacidad fiscal o económica, teniendo en cuenta siempre el distinto coste de prestación de dichos servicios en cada territorio, y que se corrija la infrafinanciación que soporta el actual modelo, dotando al sistema de mayores recursos, en sanidad, educación, servicios sociales y dependencia.

En este sentido, se apuesta por que el nuevo modelo de financiación debe incluir en la cuantificación del gasto, el coste de la prestación de los servicios, la dispersión de la población, la despoblación y el envejecimiento, cumpliendo así con los principios de solidaridad y suficiencia financiera. En dicha reunión, ambos gobiernos también acordaron renovar, con la incorporación de mejoras, el convenio suscrito entre ambas partes que regula el ámbito de coordinación en materia de asistencia sanitaria y atención especializada con el objeto de facilitar la accesibilidad de la atención sanitaria especializada más cercana para los pacientes de zonas limítrofes de ambas comunidades, como es el caso de la comarca de Molina.

En los últimos años para afrontar algunos de los efectos más negativos del reto demográfico, en relación con la despoblación en Castilla-La Mancha, además de la Estrategia de Desarrollo Local Participativo que se centra en el papel de los Grupos de Acción Local, como el de ‘Molina de Aragón-Alto Tajo’, se lanzó en 2016 la Estrategia para el desarrollo de zonas con despoblamiento en nuestra región, que permite reunir tanto fondos propios como los fondos estructurales y de inversión europea, con el objetivo de fomentar actividades socioeconómicas con criterios de discriminación positiva a las zonas ITI, entre las que se encuentra la comarca de Molina, por medio de tres vectores: la digitalización del territorio, el fomento de la actividad económica y el aprovechamiento sostenible de los recursos disponibles en el territorio.

Hay que recordar que ya desde la pasada legislatura, el Ejecutivo Regional ha estado dando pasos en la lucha contra la pérdida demográfica en el entorno rural garantizando los recursos públicos que se habían perdido años atrás. Entre ellos destaca la apertura de hasta 23 escuelas rurales que dan servicio a municipios de las cinco provincias de la región, y la remodelación de centros de salud.

En esta legislatura, uno de los objetivos estratégicos de actuación del Gobierno de Castilla-La Mancha ha sido la creación de la figura del Comisionado del Reto Demográfico, la aprobación del Estatuto de las Mujeres Rurales y el comprosio de elaborar y desarrollar una Ley y una Estrategia Regional para luchar contra la despoblación, porque como todos sabemos, la despoblación es un problema con múltiples causas y, por tanto, no atajable con una medida extraordinaria, sino con una planificación a medio y largo plazo que cuente con la flexibilidad suficiente como para adaptarse a los cambios y necesidades en el tiempo. Es necesario un pacto que aglutine tanto al sector público como al privado, pues esta política contra la despoblación debe adoptar medidas en muchos ámbitos y debe contar con el apoyo de todos los estamentos responsables, desde el local, pasando por el autonómico, hasta el estatal y europeo.

El objetivo es hacer económica y socialmente más atractivas estas zonas con problemas de despoblación, especialmente para jóvenes y mujeres (porque hay que revertir los patrones de masculinización en el mundo rural), garantizando la prestación de servicios mínimos básicos y la conectividad territorial (acceso a banda ancha con unos estándares que permitan compartir datos), con una política de vivienda rural, mejorando el transporte, apoyando la generación de actividad emprendedora que dé empleo y con un nuevo marco fiscal dirigido a crear empleo y a fijar población en el medio rural.

El necesario cambio de mensaje

Es necesario “cambiar el mensaje” para atraer a nuevos habitantes al medio rural. Si cada vez que hablamos de la España despoblada, ponemos énfasis en el aspecto negativo, no hacemos ningún favor. Hay que eliminar estereotipos y poner en valor la imagen y reputación del mundo rural, potenciando sus ventajas competitivas –sociales y económicas-, para convertir el medio rural en escenario de oportunidades. No me gusta el discurso de la España vacía – entre otras razones porque no es verdad, hay un patrimonio natural, histórico, cultural y sobre todo hay gente-, prefiero el discurso del orgullo rural que nace de las personas que viven en el mundo rural con mucha dignidad y, que quieren desarrollar un proyecto de vida plena y reclaman derechos como cualquier ciudadano.

 La comarca de Molina no es un territorio sin futuro, es un territorio y un medio natural que tiene recursos suficientes (Geoparque, patrimonio cultural, un privilegiado patrimonio medioambiental –seis espacios de la Red Natura 2000-, actividades tradicionales, tales como ganadería extensiva, la caza, micología, trificultura, etc…) para convertirse en un destino atractivo para iniciar una vida nueva, de forma sostenible y con muchas posibilidades de poner en marcha proyectos de negocio, emprendimiento o teletrabajo. A ello contribuirá la apuesta del Gobierno Regional de llevar la fibra óptica a todas las poblaciones de menos de 200 habitantes, las conocidas como “zonas blancas”, pues el acceso a la red es la única manera de igualar las oportunidades entre el entorno rural y el entorno urbano.

Hay factores que pueden impulsar la transformación de la comarca de Molina y, que deben servir para dinamizar y generar actividad económica, que logicamente dependerá de las circunstancias y características propias de la zona: cambios tecnológicos (internet es indispensable para el teletrabajo o el emprendimiento de nuevos modelos de negocio como la agricultura y ganadería inteligente, así como para la diversificación económica en otros sectores y servicios asociados), medioambiente y cambio climático (oportunidades en el campo de las economías verdes, circulares y bioeconomía –forestal-), cambios demográficos (oportunidades en el ámbito sociosanitario debido al envejecimiento de la pobalción) o la globalización y evolución de los mercados (alimentos locales de alta calidad, turismo sostenible o gastronomía de proximidad).

Para construir el proyecto de futuro de la Comarca de Molina es fundamental la participación de las personas que representan a las Entidades Locales y también de los habitantes del territorio, porque como nos recuerda el poeta León Felipe “no es lo importante llegar solo ni pronto, sino llegar con todos y a tiempo”.

                                               JESÚS ALIQUE LÓPEZ

                               COMISIONADO DEL RETO DEMOGRÁFICO

                               DEL GOBIERNO DE CASTILLA-LA MANCHA

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