La Asociación Provincial de Agricultores y Ganaderos de Guadalajara (APAG) está presente desde hace más de tres décadas en la comarca del Señorío de Molina. Mucho ha cambiado el sector agrícola y ganadero en estos años, pero el servicio de esta asociación a los agricultores y ganaderos de la zona no ha cesado, adaptándose como en el resto de la provincia a las nuevas realidades. Actualmente, la APAG cuenta con seis trabajadores en las instalaciones que tiene en Molina de Aragón entre veterinarios, técnicos agrícolas y personal que atiende la tienda de APAG en esta localidad que atienden a los cerca de 600 asociados que tiene en esta comarca, “una cifra importante”, señala Antonio Torres, el gerente de APAG.
Menos cabezas de ganado y explotaciones más grandes
Félix Espejo, delegado de APAG en la comarca y veterinario desde hace 27 en esta zona, señala el cambio vivido en el sector. “Actualmente atendemos en torno a 60.000 cabezas de ganado. Fundamentalmente ovino y caprino y una muestra pequeña de vacuno, unas 500 vacas”, afirma Espejo, quien añade que el número de explotaciones asciende a 175, un número mucho menor al de hace dos décadas en el que había el doble. Ahora, el tamaño de la explotación a aumentado y se han reducido en número. “El tamaño medio es de 600 cabezas de ganado y cada vez hay más explotaciones de más de mil, cuando antes eran casi todas entre 300 y 500”, apunta este veterinario que señala que en el número de cabezas se ha reducido a la mitad siendo mayor el número en términos absolutos.
“Un ejemplo paradigmático es Checa. Era el pueblo más ganadero de la comarca cuando yo empecé a trabajar. Solo allí había 20.000 cabezas de ovino y además practicaban la trashumancia el 80% de los ganaderos y ahora mismo quedan 1300 ovejas y no practican ya la trashumancia”, señala quien apunta que tan solo en Orea hay tres explotaciones que siguen practicándola. “Pero allí también ha habido un declive pasando de 8.000 ovejas a algo más de 3.000”, añade.
Espejo afirma que se han desplazado los núcleos ganaderos. “Antes estaban más en la sierra y ahora están más en la zona de la paramera, pero en conjunto estamos hablando de casi 40.000 ovejas lo que se ha podido perder en la comarca de Molina”, asegura.
En cuanto a la agricultura, la tendencia ha sido similar. Se han reducido también el número de las explotaciones y ha crecido el tamaño de las mismas. Así se ha pasado de una media de 40 hectáreas a 100 o más como algo habitual. En la zona se están impulsando productos como una patata de calidad y cultivada tradicionalmente en Checa que se vende en la tienda de APAG. En este sentido, Espejo señala que APAG ayuda a la comercialización de cualquier productor que pueda garantizar una mínima producción.
Nuevas incorporaciones
Desde 2016 la apuesta de APAG es apoyar con un servicio integral las incorporaciones de jóvenes tanto a la agricultura como a la ganadería. “Estamos dando un servicio integral, tanto tramitaciones de la documentación que se solicita como de acompañamiento en todo el proceso de incorporación”, señala este veterinario que considera que este apoyo ha animado a muchos a probar en el sector, lo que ha hecho que las incorporaciones hayan crecido sustancialmente en los últimos años. Cerca de una veintena en las últimas convocatorias se han incorporado en la zona, pero lamentablemente, añade Espejo, no suplen el número de bajas, bien por jubilación o defunción. Cabe destacar que porcentualmente suponen el 18% del total de incorporaciones en la provincia. En la mayoría de los casos, especialmente en la agricultura donde Espejo señala que es casi imposible partir de cero por la importante inversión que hay que hacer, aquellos que se incorporan son hijos de agricultores o ganaderos y pocos los que no tienen vínculo con la actividad.