Cada día que pasa me admira más la actividad de la Sociedad Cultural Molinesa (SOCUMO). Me admira y me sorprende gratamente. Durante muchos años he tenido la oportunidad, por libre y propia decisión eso sí, de estar al frente de algunas asociaciones, bien sean de carácter profesional o cultural.
Y precisamente por esa experiencia personal, muy enriquecedora a pesar de los pesares, en la Asociación de la Prensa de Guadalajara durante unos cuantos años y aún hoy en la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE), y en la Asociación Cultural “Sierra de Caldereros” de mi pueblo, Cubillejo de la Sierra, también en tres mandatos, me siento especialmente orgulloso de ser socio de SOCUMO y aunque, por motivos obvios de lejanía física, tan solo me limito a cumplir con las obligaciones estatutarias básicas, como es pagar las cuotas, es absolutamente gratificante ver cómo se mueve y gestiona esta asociación llena de criterio, sentido de la responsabilidad, perseverancia y fe en sus posibilidades.
Ver que en Molina de Aragón, a pesar de la lejanía, de la despoblación, de la falta de recursos, se ha constituido y pervive desde hace muchos años un grupo tan especial como SOCUMO, comprometido de manera extraordinaria con sus gentes, su cultura e historia, y que de manera absolutamente altruista, se vuelcan en la organización de actividades de todo tipo para revitalizar la ciudad, es todo un lujo que deberíamos valorar en la justa dimensión.
SOCUMO creo que es un ejemplo único en la provincia, y algo conozco de la misma por mi profesión y, también, por mis años. Y no he visto caso igual ni mínimamente parecido de una asociación que sea tan activa, dinámica, abierta y plural, que piense en toda la población y en todos los sectores posibles de la cultura y la historia, con exposiciones, presentación de libros, charlas, cursos y talleres de toda clase y condición, viajes de andar y ver, conciertos de todo tipo, cine fórum, actividades para mayores y adolescentes, para la mujer, y qué les voy a decir de la Muestra de Cortos Ciudad de Molina, camino ya de sus casi quince años de vida, o del extraordinario Festival Internacional de Timel Lapse, que nos ha puesto incluso en los telediarios nacionales más vistos y en el mundo.
Pues bien, nunca he visto en muchos años un caso parecido de una asociación capaz de organizar todo esto y no desfallecer en el intento, sin quedarse a medio camino, ni mucho menos desaparecer como ocurre en tantos y tantos casos. Desde lo alto de Caldereros, desde ese majestuoso Pico del Águila, si he visto nacer y morir alguna que otra asociación, incluso de éxito.
Por eso, como les decía al principio, y por experiencia personal, es muy, muy, muy complicado no desfallecer en el intento dejando morir las cosas, cuando los que tiran del carro acaban hartos y cansados. Por fortuna, no es el caso, con SOCUMO es todo lo contrario, felizmente.