Pese a su juventud, Verónica Miguel Herranz, de 31 años de edad y Doctora en Biotecnología y Máster en Biomedicina, cuenta con una trayectoria profesional destacada que acaba de ser reconocida por el Gobierno regional como una de las cinco mujeres ‘Imprescindibles’ dentro del acto institucional con motivo del Día Internacional de las Mujeres, el próximo 8 de marzo.
¿Cómo has recibido este reconocimiento?
Es un reconocimiento diferente porque estaba acostumbrada a presentarme a concursos o presentar trabajos de investigación a algún certamen o revista para su publicación, pero esto ha sido al revés. Me pilló muy de sorpresa. No tengo tanta experiencia para recibir un reconocimiento a esta trayectoria, pero me hace mucha ilusión.
Naciste en Corduente y allí pasaste tu infancia cursando tus estudios en un Centro Rural Agrupado (CRA) para pasar posteriormente a cursar la Educación Secundaria en Molina de Aragón. ¿Cómo recuerdas esa época?
Lo recuerdo con mucha libertad y en contacto con la naturaleza. La verdad es que la educación es bastante diferente a la que puedes obtener en una ciudad grande donde las aulas tienen muchos alumnos y se tiende a homogeneizar y que todos tengan el mismo contenido. En cambio, en la escuela rural recuerdo que éramos unos 10 alumnos y la educación era muy personalizada porque se podían atender las necesidades de cada uno y además cada uno podía llevar su ritmo de aprendizaje. Creo que el temario era mucho más flexible que en una ciudad en la que hay 30 personas en un aula. Además, la recuerdo muy adaptada y asociada al entorno, al pueblo y el modo de vida de allí.
¿Te ha influido la educación en un entorno rural y en un CRA para elegir tu carrera? Puede que sí, siempre me recuerdo como una persona muy curiosa con ganas de conocer cómo ocurren los procesos en la naturaleza y dentro de las personas, cómo funcionan las enfermedades, porque en unas hay cura y en otra no hay terapias. Y creo que el tipo de educación que se da en la escuela rural, al ser más flexible, busca un poco más lo que es la curiosidad y estar en contacto con la naturaleza. Siempre me han atraído más las ciencias también un poco por eso, creo.
¿Tuviste claro desde el principio qué estudiar? Siempre tuve claro que me gustaban más las ciencias, las matemáticas y la química y cuando tuve que elegir la carrera dudé, pero sí sabía que me gustaba más las ciencias y se me daba mejor. Hice lo que más me gustaba, disfruté de la carrera, pensé en el futuro, en trabajar en algo que me gusta.
Actualmente trabajas en el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa, dependiente del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y también has realizado estancias investigando fuera de España, en varias universidades de Estados Unidos. ¿qué ha guiado tu carrera? A medida que estudiaba la carrera universitaria me di cuenta que entre las diferentes salidas laborales que tenía la carrera de biotecnología lo que más me atraía era la investigación, en especial la biomédica, y me especialicé en ella con un master y un doctorado. Con el desarrollo del proyecto de mi tesis doctoral, que en la mayoría del tiempo la he desarrollado en Madrid en el Centro de Biología Molecular, he hecho varias estancias en universidades de Alabama, Philadelpia, Yale y Harvard para completar ese trabajo y emplear técnicas que en España quizá no están disponibles, así como establecer colaboraciones con grupos excelentes en el campo. Han sido experiencias muy positivas porque me han permitido aprender el conocimiento más actual en mi campo de investigación y donde llevan a cabo experimentos muy costosos que en España no están disponibles o no hay financiación suficiente para llevarlos a cabo.
¿En qué estás trabajando actualmente? Llevo 6 años trabajando en un proyecto con el objetivo de buscar nuevas terapias que puedan emplearse como prevención o curación de la enfermedad renal crónica, que es muy prevalente en la sociedad porque está asociada a enfermedades muy comunes como la hipertensión y la diabetes e implican un coste social y económico alto porque las terapias para su tratamiento son el trasplante o la diálisis. En nuestro grupo de investigación analizamos de manera genética y molecular los cambios que se producen cuando se desarrolla esta enfermedad con el fin de buscar nuevas vías terapéuticas que pudieran ser modulable con fármacos y puedan emplearse para el tratamiento de esta enfermedad.
Actualmente estás desarrollando tu proyecto en España, pero ¿qué planes futuros tienes? Seguiré en España hasta el mes de junio y a partir de verano voy a Alemania, al menos durante un año, donde voy a seguir desarrollando mi proyecto de investigación gracias a una beca de la UE que me ha permitido elegir el centro. Voy allí porque es un grupo muy relacionado con mi área de trabajo y me han ofrecido oportunidades para desarrollar proyectos muy interesantes y si las cosas van bien y quiero puedo extender ese tiempo, aunque a largo plazo me gustaría trabajar en España y formar mi propio grupo de investigación.
¿Y lo ves posible? La verdad es que es muy complicado porque hay muy poca investigación comparado con otros países que sí que apuestan de verdad por la ciencia como EEUU y Alemania y además la financiación es muy inestable y depende también mucho de la calidad de tus proyectos, tus resultados, etcétera. Es un trabajo muy sacrificado, pero confío en poder hacerlo.
Este reconocimiento del Gobierno pretende destacar figuras de mujeres referentes en diferentes áreas, en tu caso en la ciencia, ¿has tenido más dificultades en tu carrera profesional por ser mujer? ¿cómo valoras el protagonismo hoy en día de la mujer en el mundo científico? A nivel personal no he notado ningún tipo de discriminación, pero sí a lo largo de la historia muchas mujeres se han ido quedando a la sombra y no han sido reconocidas públicamente a pesar de haberse dedicado a la ciencia. Lo que más se refleja en los datos es que, aunque las mujeres son mayoritarias en las carreras de biociencia, a medida que avanza el desarrollo de tu carrera profesional muy pocas llegan a puestos de responsabilidad.
¿por qué razón cree que es? Todavía sigue en pie el hecho de que la mujer tiene que tener los roles del cuidado, la familia o de personas a cargo y como son profesiones absorbentes deciden comprometerse a llevar a cabo papeles más secundarios, aunque eso está cambiando.
¿Has tenido referentes de mujeres científicas? Siempre he tenido referentes de científicos en general siempre me he fijado en científicos que me atrajesen por su trabajo y como mujeres quizá mis referentes han sido profesoras que he tenido a lo largo de mi trayectoria.
¿Ahora cada vez hay más mujeres referentes? ¿crees que son necesarias? Es importante que las niñas de pequeñas vean que todas las profesiones puedan llevarse a cabo tanto por hombres como por mujeres y no se estereotipen. Y en el ámbito de la ciencia es importante que haya mujeres referentes para despertar la vocación científica.
Como científica y con todo lo que ha pasado en esta pandemia, ¿cómo valoras que se logre una vacuna en tiempo récord?, ¿te ha sorprendido? Creo que ha sido un éxito, la propia pandemia ha puesto de manifiesto la importancia de la ciencia para el progreso de la sociedad porque ha intervenido en el propio conocimiento del virus, así como en el desarrollo de técnicas de detección y, por supuesto, en el desarrollo de la vacuna. Ha sido un éxito de tiempo de coordinación entre los diferentes países. Y también en la capacidad para producir grandes cantidades de vacunas.
¿Crees que la pandemia nos traerá algo bueno y se valorará e invertirá más en ciencia? Ojalá sea así y no se nos olvide cuando esto pase para que estemos preparados para esta pandemia y un montón de enfermedades que necesitan tratamiento.
Foto: cedida por Verónica Miguel
Perla Díez Arcos
8 Mar 2021Verónica, no podía elegir mejor día, que hoy 8 de marzo para leer tu entrevista. Gracias por todo lo que aportas.